El teletrabajo se ha convertido en una práctica común en la actualidad, especialmente debido a la pandemia de COVID-19. Sin embargo, esta transición al trabajo desde casa no está exenta de desafíos, y uno de los más destacados es el manejo de los trastornos del sueño . Investigaciones recientes han destacado cómo el trabajar en pijama y la falta de separación entre el entorno laboral y personal pueden exacerbar los problemas de insomnio entre los trabajadores remotos.
Estudios realizados por instituciones como la Universidad de Stanford han demostrado que la falta de rutina y la comodidad de trabajar en pijama pueden desencadenar trastornos del sueño . La falta de un uniforme de trabajo y la ausencia de una clara distinción entre el tiempo de trabajo y el tiempo de descanso pueden confundir al cerebro, dificultando la transición al estado de relajación necesario para conciliar el sueño .
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
Además, la ansiedad y el estrés asociados con la incertidumbre económica y laboral pueden contribuir significativamente a los problemas de sueño entre los trabajadores remotos. Un estudio realizado por la Universidad de Harvard encontró que el 60% de los teletrabajadores experimentan niveles elevados de estrés, lo que puede afectar negativamente la calidad y la duración del sueño . Esta conexión entre el estrés y el insomnio destaca la importancia de abordar tanto los factores laborales como personales que contribuyen a los trastornos del sueño .
La falta de actividad física y la exposición prolongada a las pantallas también pueden influir en los problemas de sueño . La inactividad física y la exposición excesiva a la luz azul emitida por dispositivos electrónicos pueden alterar los ritmos circadianos naturales del cuerpo, dificultando el proceso de conciliación del sueño . Un estudio publicado en el Journal of Clinical Sleep Medicine encontró una asociación entre el uso prolongado de pantallas antes de dormir y una mayor prevalencia de insomnio entre los adultos.
Por último, es fundamental establecer una rutina sólida que incluya horarios regulares para dormir y despertarse, así como períodos dedicados al ejercicio físico y la desconexión digital. Un estudio realizado por la Universidad de Northwestern encontró que seguir una rutina de sueño consistente puede mejorar significativamente la calidad y la duración del sueño . Además, es importante fomentar un ambiente de trabajo que promueva el bienestar y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.