Definición
Síndrome de piernas inquietas
El Síndrome de Piernas Inquietas (SPI) o comúnmente llamado «piernas local», es un trastorno de origen neurológico, en el que se producen unas sensaciones molestas en las extremidades (principalmente las piernas) durante el reposo, por ejemplo al permanecer sentado o acostado, y generan un impulso incontrolable de mover las piernas. Estas molestias ocasionan necesidad de levantarse, caminar y moverse. Con el movimiento, las sensaciones desagradables se alivian o desaparecen.
El trastorno aparece entre un 5-10 % de la población y afecta tanto a hombres como a mujeres. Puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente a partir de la cuarta década de la vida. Generalmente empeora con el tiempo. El SPI suele afectar la calidad de sueño , ocasionando somnolencia durante el día, como así también cuadros de ansiedad y depresión que repercuten de manera importante sobre la calidad de vida de las personas afectadas.
Síntomas
El síntoma prinicipal es la necesidad de mover las piernas. Algunas características son:
- Necesidad irresistible de mover las piernas (o los brazos), acompañada o no de sensaciones molestas. Inicio o empeoramiento de los síntomas durante períodos de inactividad, como por ejemplo permanecer sentado o acostado, en la cama, en el cine o durante viajes prolongados (por ejemplo, en el coche o en el avión).
- Alivio con el movimiento: las molestias se alivian o desaparecen cuando los sujetos con SPI se mueven, caminan o frotan sus piernas. Esta necesidad imperiosa de moverse es la que da el nombre al trastorno.
- Empeoramiento de los síntomas a últimas horas de la tarde o por la noche: esta característica hace que los pacientes tengan dificultades para iniciar o mantener el sueño . Durante el día las molestias desaparecen o existen, pero con menor intensidad.
- Los términos utilizados por los pacientes para describir los síntomas de «Piernas Inquietas» suelen ser: “desasosiego”, “hormigueo”, “calambres”, “pinchazos”, “nerviosismo”, “dolor”, “sensaciones extrañas profundas”, “quemazón”, “piernas locas”, etc.
Diagnóstico
Para diagnosticar este síndrome, es común que el doctor realice una evaluación física y otra neurológica. Por lo general se le solicita al paciente exámenes de sangre, con el objetivo de detectar deficiencia de hierro. El examen frecuentemente solicitado es la polisomnografía o una actigrafía con canal de electromiografía de extremidades inferiores.
Tratamiento
A veces, cuando se diagnóstica que la causa es por una deficiencia de hierro, se alivia notablemente los síntomas del síndrome de las piernas inquietas cuando se receta suplementos de hierro por vía oral o intravenosa. Sólo se debe tomar suplementos de hierro con supervisión médica y después de que el médico haya controlado su nivel de hierro en sangre. En otras circunstancias, el tratamiento se centra en terapia con medicamentos que aumentan el nivel de dopamina en el cerebro o cambios en el estilo de vida.