¿Por qué abrimos bien grande la boca cuando bostezamos? Un ejemplo de esto lo vimos en el Mago Valdivia tras el trasnoche del festejo del Cacique donde el talentoso volante no pegó pestaña.
Aunque la ciencia todavía no se pone de acuerdo que motiva esta acción, entendidos están de acuerdo en que el bostezo “es un reflejo que posee la mayor parte de los vertebrados”, “que es una conducta compleja en la que participan una serie de músculos y estructuras cerebrales de manera coordinada” y “no hay consenso en las investigaciones debido a la complejidad del mecanismo”. Algunas luces.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
Cabeza caliente
Para el neurólogo Pedro Moya, de Clínica Somno , el fenómeno tiene que ver con la evolución y “se producen en periodos de insomnio y aburrimiento y se hacen más frecuentes en ambientes con alta temperatura o aire viciado (aproximadamente 30C) donde la cabeza tiene poca refrigeración”. El sicólogo Nicolás Núñez del Centro Origamis y Oscar Flórez, académico de la Facultad de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, también coinciden en que con el bostezo “se regula la temperatura del cerebro”. Florez explica que con esta acción ” se busca mejorar la entrada de aire con oxígeno a los pulmones, lo que hace que cambie la temperatura a nivel corporal, en relación al ambiente externo.
Mediante la respiración podemos generar un mecanismo de termorregulación general, no solo del cerebro”. Comenta que los científicos estadounidenses Gary Hack, de la Universidad de Maryland en Baltimore, y Andrew Gallup, de la Universidad de Princeton, proponen que al bostezar se expanden y contraen las paredes del seno maxilar para bombear aire al cerebro, lo que hace disminuir su temperatura. Ubicado en nuestros pómulos, el maxilar es una de las cuatro cavidades más grandes en la cabeza humana”. Ambos postulan que “al igual que los ordenadores, el cerebro humano es muy sensible a las temperaturas y debe permanecer fresco para operar eficientemente”.
¿Cuánto dura?
“En un racimo de bostezos, estos deben durar menos de un minuto, más se transforma en una patología dolorosa porque los tímpanos se estrechan al abrir la boca tan grande”, agrega el neurólogo.“En sentido estricto y bien contado, un bostezo normal es un ciclo respiratorio que dura entre 5 y 10 segundos”, estima el sicólogo Nicolás Núñez, director clínico y especialista en hipnósis del Centro Origamis. Efecto espejo Un aspeco fascinante de los bostezos es que son contagiosos. “Ocurren durante el día, cuando estamos despierto y es contagioso si alguien cuenta por chat que está bostezando e incluso escuchar el bostezo por teléfono”, asegura Moya.
El sicólogo Núñez comenta que “estudios con neuroimagen revelan que las estructuras cerebrales asociadas a mecanismo del “efecto espejo” al bostezar son las mismas vías neuronales que participan en la experiencia de empatía (en la corteza cingulada anterior, región profunda del cerebro, y precúneo, clave en la evolución de nuestra especie). La evidencia señala que las personas (y los chimpancés) tendemos a mostrar este efecto en mayor medida con quienes tenemos algún nivel de parentesco, demostrando una función social de empatía para este mecanismo de espejo”.
¿Oxigena?
Para el neurólogo, el bostezo no corrige la falta de oxígeno. “Con el bostezo, inhalamos, entra aire, se abre la boca con un estiramiento de músculos, por ejemplo del tímpano, y se emite ruido. Botamos una parte del aire, pero no aumenta el oxígeno ni baja el dióxido de carbono porque no es una respiración efectiva, como podría ser una inspiración profunda”. El doctor Moya es partidario de la teoría de la sincronización “Nos comunicamos no solo verbalmente sino también con gesto y esto tiene que ver con un proceso evolutivo de protección del grupo”, remaa y no le cabe la menor duda que mientras Valdivia bostezaba otros que estaban cerca de él hacían lo mismo.