Los accidentes cerebrovasculares, también conocidos como ictus, son una de las principales causas de discapacidad y muerte en todo el mundo. Se producen cuando se produce una obstrucción o una ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro, lo que puede causar daño cerebral permanente o incluso la muerte.
Los ronquidos, por su parte, son un problema común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se producen cuando el flujo de aire a través de las vías respiratorias se obstruye parcialmente durante el sueño , lo que hace que los tejidos vibren y produzcan un sonido característico.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
Si bien los ronquidos pueden parecer un problema menor en comparación con los accidentes cerebrovasculares, algunos estudios sugieren que pueden estar relacionados. De hecho, la investigación ha demostrado que las personas que roncan con frecuencia tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular que las que no lo hacen.
Un estudio realizado en 2013 por investigadores de la Universidad de Harvard encontró que las personas que roncan con frecuencia tienen un 67% más de probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular que las que no roncan. El estudio también encontró que el riesgo era mayor en las personas que roncaban con mayor intensidad y durante períodos más largos durante la noche.
Otro estudio realizado en 2015 por investigadores de la Universidad de Montreal encontró que los ronquidos también pueden ser un predictor temprano de accidente cerebrovascular en personas mayores de 60 años. El estudio encontró que las personas que roncan con frecuencia tienen un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular en los próximos 10 años que las que no lo hacen.
Entonces, ¿Cómo están relacionados los ronquidos y los accidentes cerebrovasculares? La teoría más aceptada es que los ronquidos crónicos pueden dañar los vasos sanguíneos y aumentar el riesgo de coágulos de sangre y otros problemas cardiovasculares. Además, la falta de sueño que a menudo acompaña a los ronquidos también puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular al aumentar la presión arterial y la inflamación.
Si usted o alguien que conoce ronca con frecuencia, es importante hablar con un médico para determinar si se necesitan medidas para reducir el riesgo de ictus y otros problemas de salud relacionados con los ronquidos.