El sonambulismo es un trastorno del sueño común en niños, que se caracteriza por caminar o realizar actividades mientras están dormidos. Si bien la mayoría de los casos son leves y temporales, algunos pueden ser más persistentes y preocupantes. Los neurólogos infantiles desempeñan un papel importante en el diagnóstico y tratamiento en niños, trabajando en estrecha colaboración con los padres para abordar esta afección.
Diagnóstico y evaluación: El primer paso en el tratamiento es un diagnóstico preciso. Los neurólogos infantiles llevan a cabo una evaluación completa, que incluye revisar la historia clínica del niño y realizar preguntas específicas sobre los episodios de sonambulismo.
¿Sospecha tener algún trastorno del sueño?
Descartar otras causas: Es importante descartar otras posibles causas de los episodios nocturnos, como trastornos neurológicos subyacentes o problemas médicos. Estos médicos pueden realizar pruebas adicionales si es necesario.
Educación a los padres: Estos profesionales proporcionan educación a los padres sobre el sonambulismo, ayudándoles a comprender la naturaleza de la afección y cómo deben responder cuando ocurran episodios de sonambulismo en su hijo.
Establecimiento de un ambiente seguro: Para prevenir lesiones durante los episodios de sonambulismo, los neurólogos infantiles aconsejan a los padres tomar medidas para crear un ambiente seguro en el dormitorio y en el hogar. Esto puede incluir la instalación de puertas con pestillo y la eliminación de obstáculos.
Control de estrés y ansiedad: El estrés y la ansiedad pueden desencadenar episodios de sonambulismo en algunos niños. Estos especialistas pueden trabajar con los padres para identificar posibles fuentes de estrés y brindar apoyo para reducir la ansiedad del niño.
Tratamiento farmacológico (en casos selectos): En casos graves o persistentes de sonambulismo, estos médicos pueden considerar el uso de medicamentos bajo supervisión médica para ayudar a reducir la frecuencia de los episodios.
Seguimiento y ajustes: Estos profesionales realizan un seguimiento continuo para evaluar la efectividad del tratamiento y realizar ajustes según sea necesario. Esto garantiza que el niño reciba el apoyo adecuado a medida que crece y se desarrolla.
Con el tratamiento adecuado y el tiempo, muchos niños superan el sonambulismo a medida que avanzan hacia la adolescencia.