Los antihistamínicos fueron descubiertos por primera vez en la década de 1930 por los químicos Daniel Bovet y Anne-Marie Staub de Suiza. Su trabajo llevó al desarrollo del primer antihistamínico moderno, la difenhidramina, que se utilizó inicialmente para tratar las alergias. Desde entonces, se han desarrollado muchos otros antihistamínicos y se utilizan comúnmente para tratar una variedad de trastornos alérgicos, como rinitis, urticaria y conjuntivitis. Además, algunos antihistamínicos también se han utilizado para tratar otros problemas de salud, como el insomnio y la ansiedad.
Son una clase de medicamentos utilizados para tratar alergias y otros trastornos inflamatorios. Algunos de los efectos secundarios comunes de los antihistamínicos incluyen sequedad en la boca, somnolencia y mareos. Sin embargo, hay algunos estudios que sugieren que los antihistamínicos pueden tener un efecto beneficioso en los ronquidos.
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Los antihistamínicos actúan bloqueando la histamina, una sustancia química producida por el cuerpo en respuesta a una alergia. Esto puede ayudar a reducir la inflamación y la congestión nasal, lo que a su vez puede reducir los ronquidos en algunas personas. Además, algunos antihistamínicos también tienen un efecto sedante que puede ayudar a las personas a dormir mejor y reducir la frecuencia de los ronquidos.
Un estudio realizado en 2010 por la Universidad de Sydney encontró que los antihistamínicos pueden ser efectivos para reducir los ronquidos en personas con alergias nasales y congestión. En este estudio, se administró un antihistamínico a los participantes antes de acostarse durante dos semanas y se midió la frecuencia y el volumen de sus ronquidos. Los resultados mostraron una reducción significativa en ambos.
Otro estudio realizado en 2013 por la Universidad de Pittsburgh encontró que el uso de un antihistamínico de venta libre antes de acostarse también puede reducir los ronquidos en algunas personas. En este estudio, se midió el volumen de los ronquidos en los participantes antes y después de tomar el antihistamínico durante una semana. Los resultados mostraron una reducción significativa en el volumen de los ronquidos en un tercio de los participantes.
Aunque los antihistamínicos pueden ser efectivos para reducir los ronquidos en algunas personas, no son una solución a largo plazo y no funcionan para todos los casos de ronquidos. Es importante hablar con un médico antes de tomar cualquier medicamento para los ronquidos y explorar otras opciones de tratamiento si los antihistamínicos no son efectivos o causan efectos secundarios no deseados.